viernes, 7 de diciembre de 2012

CAPÍTULO 5 LA MÁQUINA DEL AMOR


Madrugada de un lunes en una noche muy calurosa de verano, a las 2 de la mañana, no se oía ni un solo ruido, la calle parecía estar muerta, ni el leve susurro del viento sonaba en aquella que para mí era la mejor noche de mi vida. Sebas se encontraba dulcemente dormido recostado sobre el sofá y yo con una mirada dulce lo miraba, tenía una expresión en la cara que me tenía realmente fascinada, la relajación facial era asombrante y ni que decir tiene la cara de felicidad, se deducía que lo que había sucedido horas antes le había gustado, sin embargo a mí me faltaba algo, habíamos hecho el amor pero me faltaba pasión por eso no me quedaría con los brazos cruzados.

Mientras Sebas seguía durmiendo yo aproveché para recoger el salón, limpié la mesa, fregué los vasos, apague la tele y me dirigí a la habitación, sobre la cama estaba mi maleta abierta, así que la recogí metiendo el ella todas las cosas que había sacado antes, justo cuando estaba inclinada cerrando la maleta noté una mano que rodeaba mi cintura y a alguien dándome besos, en la oscuridad pude distinguir que era sebas el que me besaba suavemente, ya había descansado y ahora venía a por más.

Me cogió en brazos y yo con la mano izquierda aparte de un empujón la maleta, que cayó al suelo bruscamente, me separé de Sebas y levante de la cama, haciendo caer a él sobre la cama sentado en el borde, comencé a dejar caer una tiranta del camisón que fue acompañada por la caída de la otra dejandolo caer al suelo y mostrando mis pechos, fue cuando le pregunté a sebas si le gustaba lo que veía; parecía estar embobado, contestó que no le gustaba, le encantaba. Continué acercándome a él y dándole besos por el cuello deje que mis manos entraran por debajo de su camiseta para quitársela, dejando su torso musculoso al descubierto. Bajé besándole el torso y cuanto más me aproximaba a su miembro viril la cara de Sebas cambiaba, cada vez se le notaba más rasgos faciales de placer, me agache y quite sus calzoncillos, su pene estaba erecto y feliz de verme, fue entonces cuando agarré con mi mano derecha el pene y comencé a dar pequeños besos en la puntita, poco a poco me metía más profundamente su pene y jugaba entre mis labios y mi lengua con él. Después de un rato practicándole sexo oral me volví a levantar y empujé a Sebas para que cayera tumbado junto a la cama y me monté sobre él, aun llevaba mi pequeño tanga transparente, del cual Sebas se encargó de quitármelo bastante rápido, deslizó su mano por mi cintura me bajó de encima de él dejándome tumbada sobre la cama boca arriba, separó mis piernas y las abrió comenzando a besarme desde los tobillos hasta que llegó a mi vagina, una vez allí empezó a desplazar su lengua suavemente con movimientos circulares sobre mi clítoris, se me escapaban gemidos incontrolables, de vez en cuando pegaba algún que otro mordisquito sensual, con delicadeza y suave, yo me retorcía sobre la cama, agarraba fuertemente las sabanas y me corrí.

Después de aquello, Sebas comenzó a subir besando mi cuerpo hasta llegar a mis pechos duros, los que agarraba con fuerza, lamiéndolos  y besándolos con fruición, chupando mis pezones hinchados, mordisqueándolos y volviendo a chuparlos y besarlos con suavidad, con sus manos amasaban mis nalgas y mis piernas, yo me dejaba hacer reclinada hacia atrás con los ojos cerrados solo dejando escapar leves suspiros que cada vez iban a más, se fue tirando hacia abajo lamiendo cada centímetro de mi piel hasta llegar a mi entrepierna de nuevo y repitiéndome lo anterior.

Una vez que me corrí sebas se levantó a por el condón y yo mientras me ajustaba el pelo, llegó y me monté encima de él cabalgándole, así estuvimos un buen rato dando toda la pasión posible, lo hicimos de muchas posturas; de pie, a cuatro patas, el misionero, incluso hicimos un 69, hasta que ambos llegamos al máximo punto de placer, caímos rendidos sobre la cama juntos, abrazados y desnudos apoyada sobre el pecho de Sebas me dormí, y dejé que mis sueños tomarán el poder de mi cuerpo, púes acababa de tener la mejor de las noches de toda mi vida junto a la persona que más quería en este mundo, pero aún la noche no había terminado.

jueves, 6 de diciembre de 2012

CAPÍTULO 4 "OLA DE CALOR"


El resto del día lo pase sin novedades, mi madre llegó, comimos juntos y en la comida le comente los planes que tenía, por supuesto mentía, le dije que me iría a Sevilla con mi amiga Ana y que me quedaría en su casa a dormir, con la que ya había hablado antes para que me cubriera, Ana era mi mejor amiga y por suerte su madre era súper enrollada y conocía el tema de Sebas así que aquella noche si mi madre preguntaba ellas le dirían que estaba dormida o se inventarían algo por si llamaba. Después de comer me di una ducha de agua caliente y me depile, y me alisé el pelo, terminé las maletas mientras escuchaba los cuarenta principales.

Las 8 de la tarde y suena mi móvil, me había llegado un whatsapp; “cariño mío estoy abajo con el coche bájate”, entonces me puse nerviosa un pequeño escalofrío me recorrió todo el cuerpo, y a toda velocidad cogí mis cosas y me fui de casa. Ya en el coche me ayudó a guardar la maleta en el maletero y me dio un beso lento y apasionado, el problema de esos besos es que me ponían muy caliente y eso él lo sabía, lo que me dio a entender que esa tarde sería muy larga.

-    Ponte el cinturón - me dijo una vez montados en el coche y continuó hablando - bueno que te apetece hacer, ¿quieres que pasemos la tarde en mi casa o prefieres ir a tomar algo primero?
-    Pues no se…lo que tú quieras, sorpréndeme - dije con una sonrisa picarona
-    Entonces vamos a mi casa, vemos una película y pedimos algo al italiano que tanto nos gusta, un plan tranquilito, porque hace muchísimo calor fuera
-    Por mi estupendo, me encanta el plan, sobretodo porque estoy contigo - dije mientras me aproximaba a él para darle un beso aprovechando que estaba el semáforo en rojo

Llegamos a su casa dejé mi maleta en su cuarto, en la que había metido de todo, un camisón muy corto y transparente y un pequeño tanguita a juego, el cual también era transparente, también había echado mis cosas de aseo, mi cepillo de dientes, y no podía faltar mi cámara de fotos. Cuando había dejado la maleta y me había quitado el chaquetón me puse mis chanclas rosas y salí al salón donde estaba Sebas sentado en el suelo, había retirado el sofá y la mesa y había puesto una sábana en el suelo para no coger frio había hecho palomitas y había puesto todos los cojines alrededor para estar más cómodos viendo la película, me senté a su lado y me puse cómoda.

-    ¿Qué peli quieres ver? – dijo Sebas
-    Pues una romántica… ¿tienes la felicidad nunca viene sola?
-    Si, vemos esa entonces – asintió Sebas y continuó diciendo – si quieres puedes ponerte el pijama ya, he llamado al italiano y he pedido raviolis con nata y una pizza cuatro estaciones, lo digo para que estés más cómoda

Lo cierto es que con los vaqueros y la blusa para estar sentada en el suelo estaba un poco incómoda pero… ¿cómo me iba a poner el camisón ya? Le iba a dar algo, pero bueno sería divertido ver su cara mientras veíamos la película. Entonces Sebas continuó diciendo:

-    Yo también me voy a poner cómodo - y se dirigió a la habitación donde dormía con su hermano, y salió con unos bóxer y una camiseta puesta, con esos calzoncillos se le marcaba mucho su miembro y eso hacía que me terminara de convencer para ponerme el pijama
-    Vale pues voy a ponerme el pijama - dije yo con una sonrisa picarona
-    ¿y esa sonrisa?
-    Nada nada ahora lo veras

Entré en la habitación de nuevo y me cambié, entré en el baño de la habitación y me retoqué el maquillaje y el pelo y con los nervios a flor de piel salí al salón donde estaba el con la comida preparada para cenar y cuando entré Sebas se quedó con la boca abierta, y yo me acercaba a Él…

-    La..la..la cena ya está lista – dijo tragando saliva
-    ¡Pues vamos a cenar!
-    ¿el qué? – dijo mirándome de arriba a bajo
-    Como que ¿el qué?, los raviolis y la pizza tonto que se enfrían
-    Si si vamos

Después de cenar pusimos la película y a mediados de la película, que resultaba ser un poco aburrida, me acerqué a su boca y le besé, un beso de esos largos, intensos y apasionados, entre besos se escapaba alguna que otra vez mi risa a las bromas tontas que hacia Sebas y decidí tomar las riendas de la situación; me senté encima suya y continuamos besándonos, ni la película ni nada iba a impedir que esa noche Sebas y yo hiciéramos el amor.

La temperatura fue subiendo y no era lo único que aumentaba en la sala, lo que había dentro del bóxer también iba aumentando. La mano de él se metió lenta y disimuladamente por debajo del camisón dirigiéndose hacia mis pechos, los agarró con delicadeza mientras sus besos bajan por mi cuello, me subía más la temperatura, le quité la camiseta y el me quito el camisón, bajó la mano hasta que las metió por encima del tanguita masajeando mi clítoris se me escapo algún que otro gemido, entonces me lancé y metí mi mano por dentro de su calzoncillo donde su pene erecto aguardaba.

Los dos completamente desnudos masturbándonos mutuamente, no podíamos esperar más y entonces le pase el condón se lo puso y me cogió en brazos, me tumbo en el sofá colocándose encima de mí y metió su pene erecto por mi vagina, note una gran presión pues el tamaño era bastante curioso, jadeé y me miro, cuando me miraba todo estaba bien, me sentía segura con él, sacaba y metía su pene, lo sentía dentro de mí, cada vez más placer sentíamos ambos hasta que creí tocar el cielo con las manos, sentí un enorme placer y eso hizo que Sebas también lo sintiera.

Al terminar los dos tirados uno encima del otro en el sofá nos dimos un beso, nos vestimos y terminamos de ver la película aunque ya sabíamos que ese no era el único polvo que echaríamos ese día, este había sido el primero y muy romántico pero los otros sabíamos que no serían igual, pues la pasión aumentaría a lo largo de la noche.

CAPÍTULO 3 "UN ROSA Y UN MISTERIO"


A la mañana siguiente me desperté a eso de las doce y media, desayuné algo, estaba sola porque mi madre y Román se habían ido al gimnasio, así que me desperté puse la música a todo volumen y cuando me disponía a encender la tostadora llamaron a la puerta, un hombre uniformado con una gorra azul que ponía El jardín de tu casa, y bastante guapo y robusto, llevaba entre sus brazos un ramo inmenso de rosas rojas y se podía ver como entre un par de ella iba un pequeño sobre, el hombre preguntó por mí y me hizo firmar un papel para saber que lo habían entregado, cerré la puerta y lleve el ramo hacia mi cuarto, no podía resistirme a ver quién me había regalado el ramo, aunque podía hacerme una ligera idea de quién había sido…

“Al pasar por un jardín las flores entristecieron, porque al verte a la flor más bella conocieron. Firmado: tu admirador secreto.”

Asombrada me quedé sin aliento, Sebas me había enviado un ramo de flores para compensar lo de la otra noche, que mono...

De una cosa estaba segura, ya podía confirmarlo, estaba completamente enamorada de Sebastián Fernández, yo la que nunca se había enamorado de nadie, la que nunca había sentido por nadie, solo había estado con chicos por pasar un buen rato y divertirme, pero sentir amor… jamás pude sentir eso por nadie, y hoy me daba cuenta que era demasiado tarde para huir de esto, era demasiado tarde para intentar escapar como siempre hacia cada vez que veía que me estaba pillando por un chico, ahora solo quería que nuestro amor durara toda la vida, lo que yo no sabía que en la próxima semana que entrara el para toda la vida se pondría en duda.
Pero ahora tenía que dejar de pensar en que estaba tan enamorada, tenía un problema aún más serio, ¿Qué hacía yo con el ramo? ¿Qué le decía yo ahora a mi madre? Entonces me vino la idea, le dejaría en ramo en su cuarto pero cambiaría la nota por una mía que le hiciera un poco la pelota a mi madre, era una idea genial salvo por el hecho de que no tenía un duro y no se lo creería, así que fui más lista y le lleve el ramo a una vecina joven llamada Estefanía, de unos 24 años que vivía sola y con la que tenía mucha amistad.

Cuando regresé a casa después de estar en casa de Estefanía era hora de aprovechar que estaba sola y llamar a Sebas para agradecerle el detalle que había tenido y después del 3 toque…

-        Si dígame
-        Hola mi amor, soy yo maría
-        Ah hola cariño, disculpa no haberte llamado antes he estado muy liado con cosas del trabajo, ¿cómo estás?
-        Púes maravillosamente feliz
-        ¿Y eso?
-        No te hagas el tonto nene, el ramo de rosas me ha alegrado la mañana.
-        ¿Qué ramo de rosas?
-        El que  me has enviado está mañana deja de hacerte el tonto
-        Yo no te he enviado ningún ramo de rosas cari
-        Pues no sé, a lo mejor era para mi madre- mentí-será que como te quiero tanto pensé que era tuyo para mi
-        Lo siento mi amor, yo también te quiero, estoy muy liado ahora mismo, hablamos más tarde, te apetece venirte esta tarde a mi casa, estaré solo
-        Claro mi amor ¿a que hora?
-        Pues te recogeré sobre las 7 ¿vale? tráete el pijama y quédate a dormir
-        Está bien le diré a mi madre que me voy a casa de alguna amiga
-        Un beso mi vida te amo
-        Yo también te amo adeu

Al colgar el teléfono empecé a pensar, ¿si no había sido Sebas el que me había enviado las rosas, entonces…quién había sido? Ahora no solo tenía un hombre que estaba enamorado de mí, sino que tenía a otro, que ni sabía quién era, ni como sabía mi dirección, ni de que me conocía, incluso puede ser peor…¿y si es un acosador o un pederasta?.
Decidí pasar del tema por un momento y comenzar a preparar las cosas para esta tarde noche, porque algo me decía que sería una noche muy muy larga, en la que “dormir” venía a referirse a hacer de todo menos dormir.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

consejo 2º ¿necesito un cambio de mundo?

Buenas bloggeros hoy os he traído una nueva pregunta que va con respuesta a mi amiga Yessica Alvarado; la cual me cuenta y pregunta lo siguiente:

 “Me harte de todo lo común de este mundo en el que la música tiene que ser de amor, que los chicos tienen que ser príncipes azules, que en las novelas todas las historias tiene un final feliz, que hay programas aburrido y superficiales que nos dejan tontos frente a los problemas de la vida real. ¿Podrías darme consejos para dejar esto a un lado y tener nuevas e innovadoras actividades que comúnmente no lo realizan todos? María, ¿Necesito cambiar mi mundo?” 

Querida amiga, el destino de tu vida, tu propia rutina solo tú puedes cambiarla, busca tu camino, aquello que realmente te guste, aquello que realmente te llene, y si se repite ¿Qué más da?, porque el amor no tiene por qué ser recibido de un príncipe, ¿y si lo buscas de un duque? O ¿y si lo buscas de un mendigo?, nada ni nadie tendría que opinar sobre eso, solo tú, tu corazón decidirá por ti. La novela tiene que tener un final feliz o no, la cuestión es ¿a qué lo asimilas tú?, tu vida es tu mayor novela, tú decides el cuerpo de esta y el desenlace, TÚ FINAL, TÚ VIDA, ¿hay algo más importante que eso?, así que a tu pregunta de si necesitas cambiar tu mundo, te digo que mundo solo hay uno, pero vidas en él hay varias, vidas que cambian continuamente, vidas que se encuentran, vidas que se separan, a lo que concluyo, no cambies tu mundo cambia de vida, y guíate por tu corazón. Un beso muy fuerte y espero que te haya servido de algo.

Y a ti que todavía no has me has escrito, que estas lleno de dudas, de incertidumbres, a que esperas para ponerte en contacto conmigo, escríbeme a asieslavidamaria@gmail.com